El cuidado de los enfermos de Alzheimer: un desafío y una recompensa para las enfermeras

El 21 de septiembre se conmemorará el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad que afecta a más de 50 millones de personas en el mundo y que representa un gran reto para los sistemas sanitarios y sociales. El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que causa la pérdida progresiva de las capacidades cognitivas, funcionales, emocionales y sociales de las personas que la sufren, hasta llegar a la dependencia total.

Los enfermos de Alzheimer necesitan una atención integral y continuada, que abarque desde el diagnóstico hasta el final de la vida, y que incluya tanto el tratamiento farmacológico como el no farmacológico. En este sentido, las enfermeras juegan un papel esencial, tanto en la prevención y detección precoz de la enfermedad, como en el cuidado y el seguimiento de los pacientes y sus familias.

Las enfermeras son profesionales cualificados para valorar el estado de salud de los pacientes con Alzheimer, identificar sus necesidades y problemas, y planificar e implementar las intervenciones más adecuadas para cada caso. Además, las enfermeras pueden educar y asesorar a los pacientes y sus cuidadores sobre los aspectos relacionados con la enfermedad, como la medicación, la alimentación, la higiene, la movilidad, la estimulación cognitiva o el manejo de las alteraciones conductuales.

Estas profesionales de la salud cuentan con la cualificación profesional para valorar la salud de los pacientes con Alzheimer, reconocer sus necesidades y problemas, y elaborar e implementar las intervenciones más idóneas para cada caso. Además, las enfermeras pueden instruir y aconsejar a los pacientes y sus cuidadores sobre los aspectos relacionados con la enfermedad, como la medicación, la alimentación, la higiene, la movilidad, la estimulación cognitiva o el manejo de las alteraciones conductuales.

Las enfermeras también pueden proporcionar apoyo emocional y social a los pacientes y sus familias, ayudándoles a afrontar el impacto de la enfermedad y a mejorar su calidad de vida. Asimismo, las enfermeras pueden trabajar con otros profesionales sanitarios y sociales para garantizar una atención integral y multidisciplinar a los enfermos de Alzheimer.

Una ardua tarea

Trabajar con enfermos de Alzheimer supone un gran desgaste psicológico para los profesionales sanitarios, especialmente para las enfermeras, que son las que más tiempo pasan con ellos.

Las enfermeras tienen que enfrentarse a situaciones difíciles, como la falta de reconocimiento, la agresividad, la apatía, la depresión o la ansiedad de los pacientes, así como a la impotencia, la frustración, la tristeza o la culpa de sus familias. Estas situaciones pueden generar en las enfermeras estrés, cansancio, desmotivación, aislamiento o depresión, lo que afecta a su salud y a su calidad de vida. Por ello, es importante que las enfermeras cuenten con recursos y apoyos para cuidar de su salud mental y prevenir el síndrome del quemado.

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