Como cada 8 de marzo, la profesión enfermera celebra el día de su patrón.
¿Pero sabes realmente quién fue?
Nacido en Portugal en 1495, Juan Ciudad, como era conocido en su juventud, se trasladó a España a una edad temprana para trabajar en diversas labores, entre ellas como soldado en la guerra de Flandes. Sin embargo, fue en su etapa como comerciante de libros donde se produjo un hecho que cambiaría su vida para siempre.
Cuenta la historia que mientras se encontraba en Granada, Juan Ciudad asistió a una predicación del famoso misionero San Juan de Ávila, en la que se conmovió profundamente al escuchar la llamada de Dios. Decidió entonces dedicar su vida a ayudar a los necesitados y, tras diversas experiencias en las que recibió la ayuda y el apoyo de otros, fundó su propia orden religiosa, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, también conocidos como los Fatebenefratelli.
La obra de San Juan de Dios se centró en la atención de los enfermos y los necesitados, a los que dedicó su vida con entrega y dedicación. Fue un pionero en la creación de hospitales y centros de atención médica, donde se atendía a los enfermos sin importar su origen, raza o religión. Además, se preocupó por la formación de los enfermeros y trabajadores sanitarios, creando una escuela en la que se formaba a los profesionales que trabajaban en sus centros.